Hoy 25 de noviembre, día de la Eliminación de la Violencia Machista, y gracias al acompañamiento psicológico que llevamos a cabo desde nuestro servicio de atención psicosocial  y a nuestros grupos de mujeres donde realizamos terapia grupal, podemos revelar y detectar que más del 70% de las mujeres que atendemos en Elche Acoge han sufrido abuso sexual infantil.

A continuación, os facilitamos el resto de información: 

 

 

Más del 70% de migrantes atendidas por Elche Acoge sufrió abuso sexual infantil

“¿Por qué a mí? ¡¿Por qué ASI?!”

Le doy la bienvenida y se sienta. Hacía algún tiempo que no nos veíamos. Le noto diferente: se muestra cabizbaja, con dificultades para mantener el contacto visual. Su postura es defensiva, con los brazos cruzados, como si necesitase abrazarse fuerte para no romperse en pedazos. Se siente, a todas luces, pequeña, vulnerable.

En ocasiones anteriores, le encontré centrada en afrontar algunas cuestiones que le angustiaban, a pesar de que su entorno las tachase de triviales, pero esta vez, no era eso lo que venía a contarme. Estaba muy estresada, y había empezado a experimentar “flashes”. Cuando apagaba la luz, volvían a su cabeza las imágenes de innumerables tardes…

“¿Por qué a mí? ¿Será porque era delicada y linda, como una muñequita? ¿Por qué me quedé inmóvil, si era enérgica y lista? ¿Por qué sigo despertando oyendo su respiración entrecortada, y su risa? ¿Por qué tuvo que cambiar el rumbo de toda mi vida? ¡Era sólo una niña!”

El abuso sexual infantil es una de las tipologías de victimización infantil más invisibilizada y silenciada. Este tipo de abuso se perpetra a lo largo y ancho del planeta, pero si consideramos que se produce en un país extranjero (sea su cultura diametralmente opuesta, o similar a la nuestra – no hay diferencia), la víctima que decide dejar su tierra y arraigarse en ésta, queda desprotegida, con gran dificultad para encontrar un lugar “seguro” donde proceder a su revelación y sanación, debido a las falsas creencias y tabúes sociales que la rodean.

En el último año, desde el Área de Igualdad de la Fundación Elche Acoge, a través del Servicio de Atención Psicosocial, se ha observado un aumento de la prevalencia de consultas relacionadas con dificultades en la gestión emocional derivadas del duelo migratorio en las que la sintomatología expuesta era concomitante con experimentación de ASI (Abuso Sexual Infantil): 75% del total de mujeres atendidas. Las personas usuarias del servicio procedieron a la revelación de los hechos durante la intervención terapéutica (expresada por primera vez en algunos casos;  atendida desde el respeto y el no juicio, por vez primera, en prácticamente la totalidad de ellas) y/o manifestaron su necesidad de prevenir/trabajar en pos de la sanación de  sus hijos e hijas tras la repetición de patrones y experiencias.

En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud (OMS, 2002) se ofrece la siguiente definición de violencia sexual: “Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo” (Jewkes, Sen y García-Moreno, 2002, p. 161).

El National Center of Child Abuse and Neglect (NCAAN, 1978) define el Abuso Sexual Infantil (ASI), como una forma de maltrato infantil: “contactos entre un niño y un adulto, en las que el adulto utiliza al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otras personas […] interfiriendo o pudiendo interferir esta experiencia en el desarrollo normal de la salud del niño”. Esta definición contiene tres aspectos fundamentales: la desigualdad de poder o autoridad entre el niño y el adulto; la cosificación del niño; y el impacto real o potencial del abuso en el niño según las creencias, valores y percepciones del niño/a o adolescente.

La dinámica abusiva es, habitualmente, un proceso pausado, medido, en el que la persona abusadora controla y prepara un entorno en el que el niño o niña no controla la situación, imponiéndose sobre esa relación el silencio (Save The Children, 20171). La manipulación y la utilización del afecto y la confianza ganada para ejercer el abuso es lo que genera un daño psicológico significativo. Las consecuencias que aparecen en la infancia pueden mantenerse y afectar en la vida adulta de la persona (problemas emocionales, funcionales, cognitivos, conductuales, relacionales, sexuales, etc.). Por tanto, la victimización sexual puede ocasionar consecuencias a largo plazo.

Por otro lado, además de las consecuencias adversas que puede presentar una persona tras la experiencia de victimización (victimización primaria), existe un importante riesgo de victimización secundaria, referida a la relación posterior que establece la víctima con el sistema de apoyo formal (servicios sociales, policía, sistema judicial, etc.), y que puede contribuir a agravar el daño psicológico o cronificar sus secuelas (Echeburúa, 2004).  Si consideramos que las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones, que inciden violando los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana (Preámbulo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer  – CEDAW), y que ante iguales circunstancias victimizantes (como la Violencia de Género y el Abuso Sexual Infantil), las mujeres migrantes afrontan situaciones que desencadenan en mayor precariedad, desprotección y victimización secundaria, podemos constatar que estas mujeres se encuentran sometidas a una discriminación triple: por ser mujeres, por ser migrantes y por ser (o haber sido) víctimas.

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, desde Elche Acoge, denunciamos la violencia que se ejerce contra las mujeres en todo el mundo, en todas sus formas y prácticas, e insistimos en unirnos a la reclamación de políticas para su erradicación en todos los países. No podemos seguir aceptando lo que no podemos cambiar, debemos cambiar lo que no podemos aceptar.

 

Autora: Ángeles Rodes, psicóloga Fundación Elche Acoge

Fuentes:

  • Grupo de Mujeres, Programa Atención psicosocial y Empoderamiento Personal de Mujeres, financiador Fundación La Caixa. 
  • Atención Psicosocial Fundación Elche Acoge

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