Desde Elche Acoge, y como entidad federada a Red Acoge, nos sumamos a las diferentes voces que, y desde los acontecimientos del pasado mes de agosto, exigen y reclaman corredores humanitarios seguros para proteger a la sociedad civil de Afganistán.

Tras varias semanas desde la toma de control de Afganistán, desde Red Acoge y en coordinación con todas las entidades federadas que formamos parte de la organización, se han puesto a disposición de la población refugiada afgana 150 de plazas de acogida.

Gracias a los recursos disponibles, ya se han podido acoger a un total de 15 familias, unas 100 personas, las cuales han sido alojadas en los diferentes Centros de Acogida pertenecientes a las entidades que formamos parte de Red Acoge, y que se encuentran repartidos a lo largo de todo el territorio nacional, gestionados a través el programa del Sistema Nacional de Acogida e Integración a Personas Solicitantes y Beneficiarias de Protección Internacional en colaboración con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

En este contexto, la coordinación entre las diferentes organizaciones sociales del Tercer Sector que formamos parte del Sistema Nacional de Acogida e Integración de solicitantes y beneficiarios de Protección Internacional, y en coordinación con las administraciones públicas, ha sido determinante para poder dar una respuesta rápida ante esta situación de emergencia humanitaria.

Desde que estalló el conflicto, el dispositivo de acogida que se puso en marcha desde Red Acoge y colaboración con todas las entidades que formamos parte de la organización, ha facilitado que la acogida de personas refugiadas de Afganistán se pueda dar de forma segura, coordinada y con la mayor celeridad posible, permitiendo que esta situación no se dilatara en el tiempo, y dando una solución, lo más adaptada posible, a las necesidades y circunstancias vitales de las personas refugiadas.

No obstante, y aunque nuestra primera respuesta ha sido rápida, nuestro trabajo como entidad social continúa siendo el de garantizar que los derechos humanos sean respetados. Por ello, y una vez más, pedimos y exigimos a la comunidad internacional un compromiso real por la protección de la población afgana, adoptando medidas urgentes y seguras para garantizar los derechos humanos, y que estas acciones no respondan a un gesto simbólico y puntual por parte de las instituciones españolas y europeas, sino que sean medidas permanentes en el tiempo.

Así mismo, es también de vital importancia asegurar la posterior acogida e integración de la población refugiada en los países europeos donde se produce la acogida. Para ello, es preciso articular una respuesta coordinada y global entre las embajadas, comunidades, consulados y otros actores relevantes, y poder establecer así medidas que aceleren los procesos en estos casos, como, por ejemplo, otorgar visados o aumentar los reasentamientos.

Queda claro que los derechos humanos no son negociables, y, por tanto, en este conflicto, para poder protegerlos y asegurar su cumplimiento, es necesario marcar unas directrices claras que giran en torno a alcanzar un consenso y un compromiso real por parte de las instituciones, establecer corredores humanitarios seguros, defender y proteger el derecho de asilo de todas las víctimas de violencia y persecución y, ante todo, garantizar que los derechos humanos se protejan siempre.

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