Cierre Edición 20-21: Programa Atención Psicosocial y Empoderamiento Personal de Mujeres

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El proyecto ATENCIÓN PSICOSOCIAL Y EMPODERAMIENTO PERSONAL, financiado por Fundación La Caixa, se ha basado en la atención individual y la creación de grupos de apoyo formados por mujeres migrantes para trabajar espacios comunes que permitan mejorar la autoestima, la participación social y el empoderamiento. Se trata de un proyecto de intervención psicosocial con mujeres migrantes desde una perspectiva transcultural y de género.

Se ha prestado atención individual terapéutica a  un centenar de mujeres que presentaban diferentes problemáticas a nivel psicosocial. La sintomatología que presentan es mayoritariamente de tipo ansioso y depresivo,  destacando el elevado número, un 40%, que presentaba, además, síntomas compatibles con duelo migratorio. Tras el paso por el programa, se ha estabilizado el estado de ánimo de las mujeres atendidas, no objetivándose recaídas  ni momentos de empeoramiento destacables.

Al cierre del programa, se han alcanzado todos los objetivos planteados inicialmente con óptimos resultados. Entre los logros conseguidos, destacamos la mejora en el proceso de integración de las mujeres y el aumento de su autoestima.

Día Internacional del Trabajo Decente

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Hoy celebramos el Día Internacional del Trabajo decente, y con él, reivindicamos el objetivo 8 de “Trabajo decente y crecimiento económico” incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, a través del cual se incide en “Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”. 

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Actividad Canciones de Cuna Grupo de Mujeres

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Desde Elche Acoge, hemos querido recoger y compartir varias canciones de cuna típicas de diferentes países, para visibilizar el amor y ternura de las madres, a lo largo y ancho del mundo. Se trata de una actividad desarrollada en nuestro grupo de Mujeres del programa Atención psicosocial y Empoderamiento Personal de Mujeres, donde fomentamos el desarrollo de la autonomía, la autoestima y el fortalecimiento personal de mujeres.

Compartimos experiencias personales, intercambiamos ideas y opiniones y creamos un espacio de convivencia intercultural entre mujeres.

Este programa podemos ejecutarlo gracias a la colaboración de nuestro financiador Fundación La Caixa.

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Testimonios Mujeres: parte V

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Como cada año, ponemos en marcha el programa Atención psicosocial y empoderamiento personal de mujeres, gracias a nuestro financiador Fundación La Caixa. Y con él, iniciamos diferentes actividades que nos permiten el desarrollo de la autonomía, la autoestima y el fortalecimiento personal de mujeres. Entre las actividades que difundimos y realizamos, encontramos los testimonios personales y reales de diferentes mujeres que participan en nuestros grupos. Con este tipo de testimoniales, conocemos en primera persona las experiencias personales y los procesos vitales de otras mujeres, y esto nos permite desarrollar nuestra empatía y saber que no estamos solas en este proceso.

A continuación, os presentamos el quinto testimonial:

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Testimonios Mujeres: parte IV

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Como cada año, ponemos en marcha el programa Atención psicosocial y empoderamiento personal de mujeres, gracias a nuestro financiador Fundación La Caixa. Y con él, iniciamos diferentes actividades que nos permiten el desarrollo de la autonomía, la autoestima y el fortalecimiento personal de mujeres. Entre las actividades que difundimos y realizamos, encontramos los testimonios personales y reales de diferentes mujeres que participan en nuestros grupos. Con este tipo de testimoniales, conocemos en primera persona las experiencias personales y los procesos vitales de otras mujeres, y esto nos permite desarrollar nuestra empatía y saber que no estamos solas en este proceso..

A continuación, os presentamos el cuarto testimonial:

LAS VUELTAS DE LA VIDA

 

Es muy común escuchar a las personas que han salido de su país de origen argumentar que salieron en buscar mejores oportunidades o en busca de una mejor calidad de vida. Tomaron su decisión, prepararon su partida, incluyendo la despedida de su antigua vida… Pero yo, no tuve opción.

Mi nombre es I., tengo 30 años y llevo en España un año y 5 meses, en situación irregular.

Colombia es conocida por ser un país de conflicto, pero no todos los colombianos conocemos esa realidad… Crecemos en una Colombia alejada de la guerra, que lejos de ser perfecta (pues hay dificultades en áreas importantes como la educación y la salud), brinda la oportunidad de vivir, soñar y de trabajar dignamente, a una buena parte de la población. En mi caso, crecí y me desarrollé profesionalmente como psicóloga, especialista en psicología clínica con énfasis en niñez y adolescencia. Trabajé desde los 18 años con comunidades vulnerables. De este modo conocí la cara menos amable del país, y trabajé con mucho esmero y amor, con y por aquellos a quienes les tocó nacer y vivir en la zona de guerra.

En el ámbito del trabajo comunitario he colaborado con diferentes ONG`S. La última de ellas me permitió estar en las zonas en las que los paramilitares hacen las veces de gobernantes. Mi equipo y yo estuvimos en la zona durante un año, y actuamos denunciando muchos casos de abuso de poder (auténticas atrocidades). Nuestra “lucha” consiguió que el comandante de la cuadrilla a cargo fuera capturado, pero el coste fue elevado: nos vimos sometidos a hostigamiento, amenazas, etc. La comunidad nos protegió hasta donde pudo, pero nuestra seguridad ya no estaba garantizada. Los paramilitares no querían que regresásemos… Pero, si no lo hacíamos, ¿Quién protegería a la comunidad?

No me sentía en peligro, así que no consideré necesario contar nada de lo sucedido a mi familia. Tenía claro que después de las vacaciones, regresaría a mi puesto de trabajo. Sin embargo, en días previos a mi viaje de vacaciones a España, justo el día de Navidad, todos los miembros del equipo recibimos un aviso: nos fue enviada una corona fúnebre a casa. En mi caso, llegó a casa de mis padres (aun cuando yo vivía independiente desde hacía años), al otro lado del país, con mi nombre escrito en ella. En ese momento, ellos empezaron a experimentar miedo.

Continuamos con nuestros planes de viajar a España para visitar a mi hermana y mis sobrinas (a las que hacía al menos 3 años que no podía abrazar) y, a días de regresar, mi familia me presionó para que permaneciera aquí: mi hermana me ayudaría a encontrar un trabajo a fin de solicitar permiso de residencia y trabajo a través del arraigo social; mi madre me suplicó que me quedara, … Y sólo por ella lo hice, pero, fue la “decisión” más difícil de mi vida: no me pude despedir de nadie (sobrinos, amigos, compañeros de trabajo, ¡¡mi gato!!), me vi obligada a renunciar al trabajo por correo electrónico (con todos mis proyectos a medias), …  Dejé toda mi vida allí, sin esperarlo, sin desearlo, y eso me dejó en shock, como un “zombie” (apenas recuerdo nada de mi primer año en España, sólo podía pensar en Colombia).

Durante los primeros meses de estancia aquí (2018) me enteré del asesinato de mi equipo: desde un estudiante de 16 años, pasando por dos líderes sociales, un antropólogo, un trabajador social, hasta llegar a mi colega, una psicóloga a quien tenía una profunda estima. Empecé a experimentar síntomas de depresión, crisis de ansiedad y pánico; lloré como nunca lo había hecho antes; mi personalidad cambió por completo (pasé de ser una persona extrovertida y cálida, a una mujer callada, incapaz de pronunciar más palabras de las necesarias); la frustración y la ira se veían reflejadas en mi cara y mi comportamiento (incluso la ropa que vestía era oscura, apagada, así cómo me sentía). Había perdido el control de mi vida, mi lugar en el mundo. A pesar de la compañía de mi hermana y sobrinas, a las que amo con toda mi alma, me sentía vacía.

Acudí a Elche Acoge y me informaron de la posibilidad de solicitar asilo político (aún hoy insisten), pero cuando reuní el valor de acudir a la comisaría de policía, encontré las “puertas cerradas”: no me dejaron explicar absolutamente nada pues, a su juicio, “había perdido la oportunidad por llevar casi un año en el país”, haciéndome conocedora de esta “condición” de una manera muy ruda. No pude explicarles que desconocía qué era el “asilo”, que había estado en shock, confundida y paralizada durante muchos meses… No pude, y el miedo que nunca antes había sentido, se instaló en mí (permanece a día de hoy).

Elche Acoge y el Área de Igualdad, con el servicio de atención psicosocial, ha sido un eje fundamental en mi recuperación: me han brindado herramientas y, después de varias sesiones de psicoterapia, por fin fui capaz de comprender qué estaba sintiendo y que la decisión de mi familia, aunque quizás incorrecta en la forma de proceder, fue con la mejor intención: la de salvar mi vida. Me di cuenta de que no fue mi decisión, pero sí fue el momento correcto, un “imposición” que me abrió la oportunidad de vivir, y de trabajar en algo que nunca desempeñé en Colombia, pero que me ha servido para aprender y conocer nuevos talentos de mí misma.

Sigo sintiendo miedo. Sigo sin ser capaz de acudir a solicitar asilo. Sigo frágil. Pero estoy convencida y motivada para aprovechar el tiempo que me queda para poder regularizar mi situación, poniendo todo mi empeño en recuperarme emocionalmente, en observar las cosas positivas de mi nueva vida y en saborear los pequeños placeres que nunca antes pude disfrutar (como el tiempo para leer libros que me gustan).

Ésta es mi historia: vine a España de vacaciones y me tuve que quedar. Fue la única forma de poderme salvar, aunque para comprender e interiorizar que se trataba de una bonita oportunidad, he tenido que zozobrar y luchar por volverme a levantar.

Las entidades miembro de Migreurop en el Estado español exigen un enfoque de derechos en Ceuta

La llegada de más de 6.000 personas a la costa ceutí vuelve a constatar que las políticas de externalización de fronteras en terceros países, no sólo no ofrecen soluciones duraderas y permanentes en materia de movilidad humana, sino que favorecen la instrumentalización de las personas en procesos migratorios para ejercer presión política. En este sentido, las organizaciones firmantes (CEAR, ELIN, FEDERACIÓN SOS RACISMO, RED ACOGE, IRÍDIA, APDH-A y ANDALUCÍA ACOGE) exigimos “un cambio radical en la política migratoria española y europea facilitando vías regulares y seguras con un enfoque de derechos”.

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Testimonios de Mujeres: parte III

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Como cada año, ponemos en marcha el programa Atención psicosocial y empoderamiento personal de mujeres, gracias a nuestro financiador Fundación La Caixa. Y con él, iniciamos diferentes actividades que nos permite el desarrollo de la autonomía, la autoestima y el fortalecimiento personal de mujeres. Entre las actividades que difundimos y realizamos, encontramos los testimonios personales y reales de diferentes mujeres que participan en nuestros grupos. Con este tipo de testimoniales, conocemos en primera persona las experiencias personales y los procesos vitales de otras mujeres, y esto nos permite desarrollar nuestra empatía y saber que no estamos solas en este proceso.

A continuación, os presentamos el tercer testimonial:

TODO ANOCHECER, TIENE SU AMANECER

Soy una mujer de 46 años de edad, con carrera profesional, centroamericana.

Hasta hace apenas un año, vivía en una zona bastante exclusiva de la capital de mi país, junto a mis dos hijos y mi esposo. Mis hijos estudiaban en un colegio privado bilingüe; mi marido y yo, teníamos nuestros trabajos (ofrecíamos asesoría financiera) y nos encontrábamos montando nuestra propia empresa de importación de especias, con previsión de inauguración para el primer semestre del año pasado.

Pero, el 26 de febrero del 2018, nuestra vida dio un giro inesperado: tres sujetos allanaron nuestra vivienda. Actuaron robándonos el dinero que llevábamos en efectivo en ese momento (apuntándonos con un arma), y nos amenazaron de muerte. Nos dieron 72 horas para abandonar nuestro hogar, y no más de unos días de abandonar el país, amenazándonos a nosotros y a nuestros hijos, que en ese momento no se encontraban presentes (nos habían estado vigilando, pues nos mostraron incluso fotografías de nuestros hijos saliendo del colegio).

En ese momento, no supe qué hacer… ¡Era una pesadilla de la que no conseguíamos despertar!¡Era real!

Decidimos pedir ayuda a un amigo cercano, que vivía en las afueras de la ciudad como primera opción. En cuestión de 48 horas abandonamos todo, nuestra casa, nuestros trabajos; nuestros hijos, dejaron el colegio sin ninguna explicación…

Quise denunciar. Sin embargo, los grupos delictivos que operan en mi país están infiltrados en todos los niveles, incluyendo en sus redes a miembros de las autoridades. Así, para tramitar la denuncia, me dirigieron a una delegación donde el policía que tomó mi declaración actuó recordándome la amenaza (de forma sutil pero clara). ¡Una nueva extorsión, donde deberían habernos brindado protección!

Mi esposo y el amigo que nos ayudaba, consiguieron gestionar nuestra salida del país. Cuando pensábamos en el futuro, soñábamos con viajar a ciudades europeas como París, Roma… Sin embargo, debimos iniciar el largo, doloroso e inesperado viaje hacia un país de Europa, donde pudiéramos comunicarnos con facilidad en nuestra lengua: España.

Todo se complicó (nuevamente): el padre biológico de mi hija (de 16 años), no autorizó su salida del país, a pesar de acceder inicialmente y de tener listo su pasaje. Quise quedarme con ella, pero esa no era opción, porque ambas sabíamos que, si me quedaba, me asesinarían… Así que, con todo el dolor, partimos hacia Madrid.  No solo quedaban atrás nuestras vidas, trabajos, casa, etc. Sino que, además, debí separarme de mi hija, una niña que nunca antes había convivido con su progenitor…

Llegamos a Madrid con nuestras maletas llenas, repletas de miedo e incertidumbre. No conocíamos a nadie en España…

En una cafetería escuchamos hablar de la OAR, y del Programa de Asilo y Protección Internacional. Buscamos en internet y fuimos a solicitar Asilo. Tuvimos la suerte de ser aceptados en el programa de Acogida. Pasamos nuestras primeras semanas en España, en un Hostal en Madrid, a la espera de la asignación de plazas, donde la experiencia no fue sino más estresante todavía… Hasta que llegó el día, y nos enviaron a un lugar cerca del Mediterráneo, en donde nos esperaban personas de la Red Acoge, quienes nos han ayudado mucho en el proceso de duelo, de adaptación y arraigo en nuestra nueva vida.

Aún con nuestros sentimientos a flor de piel, con el corazón partido por tantos momentos injustos y estresantes durante el proceso migratorio, con la ayuda de la entidad que nos acogió, logramos que el padre de mi hija autorizara su viaje. Logramos reunirnos, volver a fundirnos en un solo ser, después de 9 meses de angustia.

Nuestra aventura continua aún en esta fecha…

Puedo terminar asegurando que la migración forzada aparte de ser tremendamente dolorosa y desgarradora, tiene que motivarnos, para no quedarnos únicamente con el “papel” de víctimas. Es importante ver, crear y valorar la oportunidad de empezar una nueva vida con derechos como la libertad, la seguridad, la educación, que como seres humanos tenemos. En el momento en que hemos sido capaces de ver a través del dolor, es cuando decidimos RE-inventarnos: mientras se homologan nuestros títulos, nos formamos localmente para integrarnos activamente a la vida laboral, con la fe, que todo anochecer tiene su amanecer.

Testimonios de Mujeres: parte II

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Como cada año, ponemos en marcha el programa Atención psicosocial y empoderamiento personal de mujeres, gracias a nuestro financiador Fundación La Caixa. Y con él, iniciamos diferentes actividades que nos permiten el desarrollo de la autonomía, la autoestima y el fortalecimiento personal de mujeres. Entre las actividades que difundimos y realizamos, son los testimonios personales y reales de diferentes mujeres que participan en nuestros grupos. Con este tipo de testimoniales, conocemos en primera persona las experiencias personales y los procesos vitales de otras mujeres, y esto nos permite desarrollar nuestra empatía y saber que no estamos solas en este proceso.

A continuación, os presentamos el segundo testimonial:

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Campaña Navidad: sus sueños son nuestro mejor regalo

REGALA SUEÑOS, REGALA NUESTRAS TARJETAS SOLIDARIAS

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